lunes, 28 de octubre de 2013

Recuperando las ganas

Domingo, un día mas en el calendario montero. Das un salto de la cama, coges con mimo los zahones que has tenido dormidos en un rincón todo un largo verano y sales de casa. Das un salto al furgón y te paras cinco minutos después.

Esta la junta demasiado cerca de casa, calienta el sol con ganas esta mañana de Octubre, y lo que se presenta como un dia mas, resulta para mi sorpresa que no lo es. Un dia confuso, estamos en la junta de la Lozana y sin embargo no parece que sea el dia que tantas veces hemos marcado en rojo en el calendario , será por la  fecha que parece que nos hace sentirnos extraños esperando batir esta mancha sin el frio de febrero en las manos.

Camino de la suelta, mantengo aun la sonrisa que me pinte por la mañana, con la idea de que nada ni nadie me la borrase. Me vi en menos de lo previsto, abrazando los zahones a mi cintura, busque en aquel carril un rato de soledad para mi, intente cerrar los ojos mientras ajustaba mi cuchillo para bajar el nudo que tenia en la garganta, ese mismo nudo que casi me hace decir “aquí me quedo, hoy no puedo” justo cuando cogía aire mi compañero Adolfo, dirigió su mirada hacia mi persona, supongo que ya los años nos hacen conocernos demasiado y desde lejos, me dijo eso de “vamos al lio”.

Cogí fuerzas, aun  no tengo claro de donde, y me adentre entre las jaras de la suelta del Hinojo, con la sobra de mi pequeño Pablo pegado a mis tobillos. Grite¡¡¡¡ mas que llamar a nuestros perros, les grite un VAMOS VALIENTES, que me hizo deshacer ese nudo que me estaba asfixiando. Me vi apartando jaras a la carrera mano arriba de las cencerras que por fin sentí tocar monte esta temporada. Ande ligera, incluso en ocasiones perdi de vista la silueta de mi compañero (lo siento Adolfo, se que comprendes el porque) necesitaba ese ratito de soledad, de voces, cencerras y jaras. Como necesitaba el sentir la esencia de la Lozana, el recuperar las razones por las que un dia pise jaras. De repente en el deambular entre jaras que llevábamos Tobias me regalo un cabezazo a modo de empujon en mis rodillas….aqui esta¡¡ me vi animando a estos perretes a sacar de aquella suelta todo lo que por ella habitase, mala suerte tuvimos, pues no estaba aquello como el año anterior, estarían las reses volcadas para otros rincones de aquella hermosa finca.

Sin embargo, mi empeño no cesaba, montee con todo el esmero que los años me han enseñado, los anime a seguir, a no decaer y con cada susurro en el que gritaba “Vamos Tobias” una parte de mi me gritaba a mi misma “vamos chiquita que tu puedes”  llegamos a la parte mas alta de aquella suelta, la misma donde de otros años tenemos recuerdos de sangre, en la misma que una cierva loca casi nos hizo ponernos el corazón en la garganta. En lo cinegético el único momento en el que nuestros perros tuvieron premio en aquella mano.

Encauzando la recogida, con mas pena que gloria, pues la Lozana en esta ocasión no quiso regalarnos ningún rato de ladra intensa ni nerviosismo entre jaras, me di cuenta, de que había hecho para mí lo impensable, había cogido por los cuernos el torno mas difícil de lidiar, el de mi propio orgullo. El mismo que me pesaba al apretarme los zahones, el mismo que me hizo apretar los dientes y decir, “Aquí estoy”. Pise esas jaras mas fuerte que nunca, jalee para que se me escuchara en aquellos cerros,  puse todo mi corazón en que la suelta fuese exitosa quise con todas mis ganas que la Lozana volviera a brillar como lo hizo antaño.

Emociones contrapuestas, supe ocupar el lugar que me correspondía, con la cabeza casi rozando lo alto de aquellos pinos,  hoy lunes aun me siento orgullosa de mi misma, por haber sido capaz de discriminar sentimientos, por haber sido capaz de tragarme mi orgullo pero mantener mis principios….. hoy me siento de nuevo orgullosa por haberle regalado a la Lozana el saber hacer de nuestros perros y la fuerza de nuestras voces.

De resultados como siempre, poco o nada entiende mi mente Perrera, en parte porque me da igual y en parte porque no me interesa. Lo único que se, es que salí de la ducha esa tarde, con la sensación de haberlo dado todo en un rincón que lo merecía, que la mala suerte, o el calor o la fecha no nos premio con la abundancia de reses y quizá deslució un poquito el día, pero sobre eso poco podemos hacer, pues a fin de cuentas la caza es asi.

Eche de menos en aquel rincón la presencia de los que hace unos años allí fueron desconocidos y hoy en la distancia se mantienen como amigos. Se fue la Lozana un año mas, dejando tras de si una nueva lección hacia mi persona, que en esto del mundo del perro afortunados somos aquellos, que nos abrazamos a zahones con la única intención de disfrutarlo, sin la necesidad de un numero, sin el agobio de un resultado, afortunados somos aquellos que rompemos jaras solo por el placer de escuchar una ladra o por la sensación orgásmica que produce rematarle una pieza a nuestros perros, afortunados nosotros perreros, que nuestro objetivo es llegar, cumplir, saber hacer y volver a casa completos y sin bajas.

Hoy cuando miro los arañazos que mantienen mis brazos, me doy cuenta de lo que duelen los besos que dan las jaras, las señales duras que dejan los amores reñidos…pero venditos esos amores, que nos hacen tener ganas de mas…


Y gracias Compañero con mayúsculas, por hacerme sentir que era mi obligación acudir a esa cita con las jaras. Pues el premio mas dulce lo dan los momentos en los que recuperas la ilusión y las ganas.

Vamos¡¡ que esto acaba de empezar y yo ya me quede el domingo con ganas demás…. Y que dulce y bueno es quedarse con ganas de mas.


recuperando la sonrisa, las ganas...afortunados somos¡¡¡

lunes, 7 de octubre de 2013

si a amar, se aprende amando..a cazar....CAZANDO


Y me cogió la madrugada soñando despierta,  me sorprendió llenando una canana que tenía casi olvidada, como casi todo lo bueno en esta vida tarda en llegar, pero cuando llega no quieres desperdiciar ni un solo segundo.

Aun no entraba la clarita del alba por la ventana, cuando ya ataba mis botas. Baje silenciosa, como tantas veces ya lo he hecho, la escalera de mi casa dormida. Pero esta vez no llevaba a arrastras unos zahones gastados, esta vez me aferraba a la funda de mi escopeta y echaba un nuevo vistazo al maletero de mi coche.

Puntuales en el lugar acordado, el socio con su niña y yo. Los tres dispuestos a pasar un bonito primer día de menor. Cargados en el remolque nuestros canes y rumbo a nuestro cazadero.

Mi Calcetines saltaba como cuando era cachorro, a sus ya 11 años sigue saliendo al campo con las ganas del cachorro vigoroso que fue. Lo escogí a él, a mi perro viejo, porque se lo merece por todas las piezas que él ya me ha regalado, por todas las caricias desinteresadas que él siempre me ha dado, es él quien merece estos ratos…que disfrute a mi lado,  y también porque las mejores liebres se le cobran siempre a los perros mas viejos ;)

Cananas colocadas, armas cargadas y perros desfogados, cogemos nuestro cazadero con ganas pero sin prisa, como se ama se caza, despacio, saboreando cada paso. Dejando que sean nuestros perros quienes anden, quienes huelan…dejando a fin de cuentas que sean ellos quienes cacen.

En la distancia Patricia, tres pasos detrás de su padre. No necesita este silbar de vez en cuando para que escuche por donde anda, pues  se les oye relatar entre el monte bajo . Tiene esta niña unas ganas que asombran, pendiente, atenta a todo, a cualquier movimiento, en sus labios siempre una pregunta y en sus ojos el cansancio no aparece hasta el momento de parar.

Tiene la ilusión de la que empieza, las ganas de la que lo tiene todo por aprender, trasmite fuerza. Si la cosa no cambia me veo con ella de aquí a no muchos años compartiendo mas momentos de escopeta y perro.

El calor se hace fuerte en esta primera jornada, tras las indicaciones de Juan, seguimos cazando a la mano, me detalla las lindes, esas mismas que aun no conozco bien, fue jornada de caza y aprendizaje, la primera de muchas que espero podamos disfrutar en este bonito coto.
La 13.00 de la mañana llegaron demasiado pronto, el viejo de Calcetines se paraba entre las sombras, pues aunque las ganas son de cuando era cachorro las fuerzas se corresponden ya con sus años. 
Fue una primera toma de contacto práctica,  un comienzo con paso lento y firme. Camino del pueblo, sabiendo que los zurrones volvían vacios, en ese coche se respiraba una sensación de satisfacción enorme. Agradecer a Juan hoy, su paciencia con mi persona, sus ganas por enseñarme aquel cazadero. Agradecerle que me dejara compartir con él y su hija esta primera (espero la primera de muchas ) jornada. Y sobre todo gracias, por hacerme sentirme una socia mas,  permitiéndome disfrutar de esta bendita locura.

Hoy aun noto en mis piernas, el cansancio que deja pisar aun el pasto duro. Resaca de patear llanos, dulce  cansancio el que nota hoy mi cuerpo. Se ha despertado delante de mi una temporada cargada de nuevas sensaciones, las carreras de mi bretón, los ojos cansados de mis calcetines, mi corazón latiendo al mismo ritmo que este mueve su cola nerviosa. Se ha despertado ante mí, las ganas de seguir.

Señor@s esto acaba de comenzar,  y ya hoy tengo ganas de que amanezca el sábado para salir de nuevo a cazar pues si aprendí a amar, amando; a caza se aprende cazando…..

en un rincón de la "nava del piruetano" con la pequeña Patricia


Que no nos falten nunca ganas de amar, de cazar y de aprender. Que no nos falten nunca las fuerzas y el entusiasmo para seguir igual que aquel primer día que caminamos detrás de nuestro padre, hoy de lo único que tengo ganas es de mantener despierta esa niña que con ilusión no necesitó nunca un despertador….gracias Pequeña Patricia, pues haces que sigamos con ganas de ayudarte a crecer como la futura compañera de caza que hoy ya veo en ti…