viernes, 15 de febrero de 2013

"esto es todo amigos"



Me ha sido tan complicado buscar unos segundos de paz, para sentarme e intentar trasladar a un “papel” lo que del domingo aconteció. Podría haber sido simplemente una Montería mas, en la que se debió comenzar con el trayecto hasta una junta, los saludos no forzados, las ladras y recogidas para terminar con un final apoteósico despidiendo la temporada.

Pero el buen conocedor de este “vicio” llamado caza, sabe de sobra que aunque la metódica sea la misma cada dia, en la practica poco tiene que ver un dia con el anterior.  Asi aconteció el domingo, al contrario que otros años no esperaba con entusiasmo la llegada de Matashermosas, no es finca de mi devoción y elogio, no me gusta su suelta, no me gusta sus formas …no me gustan los recuerdos que a ella tengo unidos, no me gusta el nerviosismo que en mi casa despierta. 

Sentarme cada noche esperando la llegada de un hombre, que volcado en su profesión lo da todo, trayendo sus desvelos a casa. Notar como los amaneceres le llegan al abrigo de unos pinos y que la noche le pilla siempre, deambulando entre jaras. Un hombre, al que su oficio le roba segundos de disfrutar de una familia, sacrificios de los que nada sabe el que simplemente pone nombre a una armada…. Es él, mi único protagonista de un día que puso fin a una temporada.

Lo único bueno de matashermosas fue su presencia, su entereza y su saber estar. Profesionalidad lo llaman algunos, pasión por su trabajo lo llamo yo. Llegar a una suelta y ver que quien te espera para indicarte la mano es el, con su espalda ancha y fuerte, me dibuja una sonrisa en un cuerpo que está agotado y quemado de monte. Que necesita que suene la ultima caracola para decir “Esto es todo amigos” allí esta él, para esta vez darte un beso a orillas de las jaras y disfrutar viendo como mis pasos se pierden en el monte tras los pasos ligeros de unos podencos que echan el último aliento en esta suelta.

De mis suelta poco o nada que contar, lo mejor del dia…..la recogida, en el pasear entre jaras desesperación, pues los tiros sordos se escuchan en el otro lado de la mancha y quitando un par de carreras, nada que nos erice la piel. Tiendes a pensar que el ultimo dia de suelta no quiere el monte regalarnos un recuerdo para contar durante todos los meses que nos quedan de espera. Pesan las pocas horas de sueño en las botas y las ganas por comenzar la recogida aumenta…que largas se hacen estas manos…

Sin embargo, aquí esta....llegas a tu recogida, llamando rezagados y lo ves, junto a tu furgón. Si, es él…el hombre de espalda ancha y fuerte te espera, con una sonrisa dibujada en los labios. Aquí está, ese momento que te eriza la piel. Mejor que cualquier arroyon inesperado, mas intenso que cualquier ladra perdida en un puntal…su presencia, sus ojos de orgullo mirando tu andar con zahones. Hace que levantes la cabeza mucho mas de lo que imaginas que puedes alzarla, llamas con mas fuerza a tus podencos, olvidas las horas de sueño que te faltan y aprietas el paso.

Esta allí de pie, inmóvil pero feliz para darte ese beso que solo un padre sabe dar y solo una hija recibir. Consiguió de nuevo el monte y una mañana de suelta erizarme la piel, pues me regalo esos segundos que jamás olvidaré junto a él, mi padre….el culpable del principio y el fin de todo, él ese señor serio que cumple hasta tal punto con su condición y figura de guarda que cuando pasan el estrés de los monteros el sigue desviviéndose por el rincón que guarda con el mismo cariño que guarda su casa.

A veces soy egoísta, y culpo a esa profesión de robármelo de mi lado cada noche y cada día, culpo a su oficio, de ser quien entre en sus  sueños cada noche pero caigo en la cuenta, de que quizá esta pasión por lo que ama es la que yo he heredado y paso de acusar con el dedo a su oficio a darle las gracias, pues me demuestra que el hombre de espaldas anchas tiene un corazón que también late al ritmo que marcan las jaras.

él, mi principio y mi fin. Marmolejo' s


No pierdas nunca papa, esas ganas por hacer bien lo que tanto amas, en casa tienes a dos niñas que gracias a ti son mujeres fuertes, de corazones duros pero calientes, tienes dos mujeres que bajo tu regazo se han convertido en señoras que saben andar por la vida con la cabeza alta y el orgullo de poder decir que son hijas de Marmolejo, padre y guarda. Pocas hay por el mundo, que lleven a gala ser conocedoras del sacrificio que esto supone, alza tu cabeza a la misma altura que la nuestra, pues lo mismo que tus manos no tiemblan cuando el nombre de tus hijas esta en los labios de cualquiera, nosotras vamos a ser siempre ese punto de apoyo  para cuando parezcan que las fuerzas falten.


Decir “hasta pronto” a esta temporada, abrazada al hombre de mi vida, no tiene precio….señor@s, salud y buenos recuerdos,  lo bueno se hace esperar así que, dejemos que la espera sea larga, para regresar con ganas y energías renovadas.

Como siempre, con ganas de más.