lunes, 22 de octubre de 2012

Por Cardeña, con paso firme


Y por fin rompió el silencio de la madrugada, el run-run de un furgón que abre una nueva época. Por fin, el sonido del amanecer no era de un estridente despertador sino el de la mas hermosa melodía que muy pocos escogidos saben apreciar, esas cencerras que suena en la parte de atrás de tu furgón nerviosas según avanzas en busca de tu suelta… 

Nos esperaba, al escuadrón de NavaObejo, Santa Maria. Un año mas, una vez más, nos esperaba una finca hermosa en su forma y en su caminar.  Un rincón en el que da gusto tener la oportunidad de perderse mínimo una vez al año.


Cuando paseas por sus carriles; pasando de encinar a pinar, notando donde termina su dehesa y donde comienza su sierra, disfrutando con el transcurrir por sus llanos, señalando puntales de los que ya guardas un recuerdo…. Pasear en busca de tu suelta en Santa Maria, no produce estrés ni miedo, sino que saca lo mejor de ti. 

D.Pedro Armenta y un nuevo aficionado

 
Entre nubes te aprietas los zahones a la cintura, como tantas veces recordaste en verano que lo hacías, aprietas con fuerza para sentir su abrazo firme, pues necesitabas retomar el contacto  con ese trozo de cuero que aunque inerte transmite mucho mas valor que aquellos que con vida no son capaces de reflejar en sus manos la seguridad necesaria para avanzar,  todo listo y por fin ese Clon, que aunque el run-run de la coloraita no sea el mismo, el clon de sus rejas verdes no ha cambiado…..

Tocan por fin monte, las cencerras de tus valientes cambian su tono y de ser un apagado sonido nervioso pasa a ser un sonido veloz, vibrante y rápido…. Comienzan las primeras carreras tras ciervas , que hacen que subir el primer repecho no pese ni duela, lo subes  a la velocidad que te mandan las cencerras de tus valientes, y ese primer “vamos perretes” ese primer grito que sale de mis labios, rompe mi cárcel y me hace cerrar los ojos al coronar la parte alta, tomar aire con mas fuerza aun, para animar con fuerza y con los sonidos de las balas de fondo darme cuenta que es estos son los momentos que tanto he echado de menos.
Damos vista a unos claros, donde los tiraderos son perfectos, una buena “pelota” de reses, es rota por los podencos de dos rehalas y entre ellos un joven “Mingote” que saca a uno de la misma, cogido en una de sus patas rompe a carrera un arroyo abajo, donde lo veo majestuoso, enorme y rápido, con sus cuernos hacia atrás….mis pulsaciones suben de una forma exagerada Adolfo venia ya en busca mia para quitarme del camino del señor del monte y yo, yo me agache esperando que pasará…y paso….senti su respiración en mi oreja¡¡¡¡¡¡¡ al ponerme en pie el puesto dio final a un lance precioso, pues el venado tenia ya encima casi dos rehalas…..tras la tensión y el nerviosismo… las risas¡¡¡¡ y la frase de Adolfo “ya iba en busca tuya ¡¡¡¡¡” 


el del susurro...

 
La mano siguió tranquila, con mas carreras pero nada igualable a lo pasado,  la recogida tranquila y recontando cachorros,  mirando al “Socio” que va rompiendo a cazar solete y la llegada a los furgones extenuante pues la cuesta que subimos como si nada a la vuelta se hace un mundo,  levantar los pies del suelo es una hazaña  y las piedras ponen zancadillas que nos retrasan en la llegada, de repente “una gota”, el agua hace acto de presencia en una dia que estaba siendo perfecto. Y de una gota a una lluvia fuerte pasaron solo dos jaras¡¡¡ como mojaba al llegar al furgón un tirón a la parte de arriba del traje de agua y a subir perretes al furgón…..

La espera, esa a la que nadie pone hora, una candela para intentar ir secando ropa que sin esperarlo se mojo,  esperamos al viejo Rufo, que se ve que no tiene ganas de volver a casa…

Casi a las 6 de la tarde, y tras resonar las caracolas entre los pinos, pudimos salir completos de Santa Maria,  fuimos dejando a tras una finca a la que ya tengo ganas de regresar….

Como tantos otros días,  pude conciliar el sueño en un furgón al que no estaba acostumbrada, por unos instantes eche de menos a la coloraita y las cabezadas que di con su run-run. Pero no tarde mucho en cogerle la postura a esta,  el cansancio y la adrenalina derrochada hicieron el resto….volví a soñar en una vuelta a casa, y en ese sueño aparecía ese rey del monte que veloz en su huida me regalo un pequeño susurro, paro el tiempo a su paso, ¡¡¡que bonito es volver a ese instante cada vez que quiero¡¡¡¡ pequeños regalos que ofrece el monte a quienes lo rompemos con nuestras voces, instantes por los que debemos sentirnos afortunad@s.

Una vez más, dejamos Santa Maria regalándole el ser la primera, regalándole el enseñarnos a seguir amando este mundo de locos y buscar la perfección en las que lleguen después…. De nuevo Con Ganas de Más…

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1 comentario:

  1. Muy Bueno, Ana, como siempre. ¡Que afición más bien puesta!

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