martes, 13 de diciembre de 2016

Donde menos te lo esperas

No todo es siempre lo que parece, a veces llegas a esa postura en la que todo lo ves pero nada escuchas y tienes la tremenda sensación de que te tocara disfrutar de la compañia del silencio y del calor del sol.

Asi ves moverse las jaras, con la danza incansable que le da la suave brisa de la mañana, estas tranquila, lo tienes claro, hay dias que se pasan al sol y valoras ese aire limpio que te despeja la mente. No es quiza la mejor postura para cobrar una pieza pero si que es la mejor para calmar el alma.

Asi, embriagada en tus pensamientos algo te despierta, un ladrido o son quiza dos? te llegan lejanos pero te llegan.  Das un vistazo al reloj, ves que siguen y que el minutero comienza a correr al ritmo en el que tu corazon se despierta. Los ladridos aumentan, en intensidad y en numero, lo lejano ya es mas cercano, la tranquilidad se vuelve nerviosismo contenido.

Tus manos  se deslizan en una caricia interminable al acero  frio de tu arma, buscando esa posición comoda y segura. De reojo al minutero, no puedes creer lo eternos que pueden ser 5 minutos, los sentidos se agudizan sin saber como y de repente ves y escuchas mas de lo que imaginas que puedes llegar a hacer, los primeros pajarillos vuelan hacia ti, tu mente dice "viene" pero no le ves. Un tropel, ese tropel, ese que rompe las jaras con un estruendo que piensas puede escucharse a kilometros, pero que solo escuchas tu, esos ladridos que ahora son en carrera, te avisan de que el ritmo es frenetico, y por fin, lo ves.

Justo delante de ti, a carrera sin fin, piensas que no ha notado tu presencia pero intuyes que él tambien te ve, el acoso no le deja frenar, tu encare es rápido pero tus manos van lentas, coges aire para calmar tu pulso, contienes esa respiracion que los latidos de tu corazón han acelerado, lo ves claro, es ese ahora o nunca que estabas esperando, sueltas el primero y respondes con el segundo.... su velocidad por unos instantes no aminora,  y te quedas pensando "fallo" sin embargo, ese perro que no desiste entra tras él en la espesura. Las matas cobran vida, se balancea una madroña violenta, esperas con el corazon en la garganta,  ladridos se mezclan con chillidos, y de repente todo cesa, asi sin mas, solo queda el ladrido ronco de un podenco que a tu oido te esta diciendo "esta aqui y ha caido".

No reaccionas, no sabes decir cuanto tiempo ha pasado, cuando devuelves la vista al minutero notas que 5 minutos pueden llegar a no ser nada, que efimero es eso del paso del tiempo... ahora funciona tu olfato, es ahora cuando se mezcla el olor a jara con el vapor que desprende tu pieza y el del podenco que te espera junto a ella. Esta vez sonrió el monte y quiso regalarme ese momento que te deja sin aliento, ese pequeño instante de felicidad, donde la caricia al acero frio templa los nervios, donde despiertas todos tus sentidos...

Son momentos como estos lo que me dejan cada vez mas claro, que cazar es algo tan complejo como el amor, no sabes donde te va a sorprender, puedes pensar que estas en el lugar menos apropiado y aparecer alli asi, de repente, para regalarte la caricia mas brava mezclada con la sonrisa mas dulce, acelerando el ritmo de tu corazón, erizando la piel.... porque cuando te vas de alli, llevas en las manos el olor de esos cinco minutos, se te queda en la memoria igual que se te queda ese ultimo beso que diste, ese que solo de pensarlo aun te da calambre en el corazón.... es asi como una vez mas, te quedas con ganas de mas....

siempre con ganas de mas....



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