Ayer de
nuevo note sin querer el tacto suave, la caricia clandestina. Ayer de nuevo lo sentí,
ese hormigueo que recorre a carrera la piel, cuando te ves andando a rumbo
perdido con esos que nunca te fallan, con esos que siempre te acompañan.
Ayer de
nuevo sentí, el cabezazo de Tobias en mis rodillas, ese gesto que después de
tantos años se ha convertido en su saludo mas suave, ese saludo sin el cual las
mañanas se quedan vacías.Ayer de nuevo me senté, en un puntal dormido entre
jaras en flor y por fin pude respirar el aire limpio que el monte nos regala.
ayer de
nuevo agradecí, poder vivir donde vivo, poder vivir como vivo. Me senté silenciosa a observar, retomando esa
vieja costumbre que sin saber porque estaba perdiendo. Mientras mis perretes
jugaban los viejos con rastros nuevos los nuevos con rastros viejos, allí perdida,
en un rincón que me regala paz mire de nuevo el horizonte que tantas veces he
vislumbrado. Lo vi diferente, mas vivo que nunca, casi resplandeciente..con
tomillos y margaritas que dan un color y aroma diferente.
Disfrutando
de esa paz, de esa tranquilidad…volvi ayer a caer en la cuenta. Que es esto y
solo esto lo que me llena de vida. El poder escaparme esos minutos que se
transforman en horas a vibrar con el silencio escandaloso que me regalan esos
puntales. Puntales de dueños anónimos, rastros que no tienen propietario,
arroyos que pasan por tu casa y por la mia, lindes que se pierden en mapas que
aun están por dibujar….este entorno libre, virgen sin corromper por la mano del
hombre.
Ayer me
fui de aquel rincón, con pena en mis pasos lentos, pues volviendo la vista al
horizonte que tantas veces me regalo su atardecer. Caí en la cuenta que quizá,
este espacio abierto, virgen y puro le queden horas y minutos, que quizá mañana
no sean mis hijos los que paseen libres por este rincón lleno de vida. Pues la
mano de un hombre corrupto hará de él un rincón perverso..Donde hasta para
pasear habrá que pedir permiso… y es entonces cuando me arrodillo y pienso, ¿Qué
estamos haciendo? Con la dulce herencia que a mi me dejo mi abuelo y el regalo
del que voy a privar yo a mis nietos, que tal y como esta el patio, a buen
seguro conocerán estos rincones por las palabras de una abuela cansada, que señalando
a un puntal solo pueda empezar una historia con la frase: “ cuando vosotros aun
no habías nacido…allí donde el pueblo termina… estaba un rincón perdido, que un
dia fue libre…”
Lo importante
no es solo hacia dónde vamos, sino que destrozamos a nuestro paso.
Cada vez
con más ganas de más, pero cada vez con más ganas de que las cosas cambien…
Señor@s...feliz primavera
