lunes, 18 de noviembre de 2013

El mejor Regalo, "Cerro El Moro"



Caer en la cama despidiendo tus 27 años, en la mente el recuerdo hacia un año vivido de la forma más intensa. Mi despertar tenía una hora programada, 7.30 de la mañana, supuestamente mañana de conejos y perol con la gente del coto..que mas se puede pedir que pasar tu cumpleaños, disfrutando de gente llana, escopeta y perro.

A la hora programada, pita un coche en la puerta de casa. Al abrir la puerta, allí estaba un captor sonriente, con un pañuelo en los ojos que no me hizo sentir miedo…todo lo contrario, por primera vez sentí un nerviosismo raro… intriga.

El trayecto parecía más largo de lo normal, en mitad de camino él indico que me quitara el pañuelo que cubría fuerte mis ojos, en ese momento no sé cuantos lugares pasaron por mi mente, lo que esta claro es que ninguno de ellos era en el que estaba, me vi entrando a Belmez….entre sorpresa e incredulidad mire a mi secuestrador. No hizo falta preguntar, él solo pronuncio “El Moro, para ti… Felicidades”.

Ya desde temprano mis planes de fin de semana habían cambiado por completo al antojo de la gente que me rodea, pero ni por asomo podía imaginar que cambiarían tanto. Me vi, en la junta de la montería que la Sociedad de Cazadores de Belmez preparada con tanto esmero, un lugar al que siempre había tenido ganas de acudir y que por falta de tiempo, nunca me había dejado caer. 

La junta, con sus migas y las risas, entre gente del campo, saludando a caras que con el paso de los años se han hecho indispensables para mi…. Vitoriano y Paco (el duo) la familia de los Servandos con mis Remujitos … y un largo etc que hicieron junto a mi secuestrador que fuese un dia de celebración inolvidable.

Pendientes del sorteo, Agustín y su padre, indicándome las armadas que mas suelen cumplir, contando anécdotas de años anteriores, casi hicieron que se me olvidara estar pendiente de mi nombre, al escucharlo en la lejanía, no me tembló el pulso “armada: los Peñones nº 4”  y a los 10 minutos, camino de una postura que se pierde entre pinos.

Mi captor, permanecía inmóvil, vigilando cada movimiento incluso me llegó a preguntar “donde me coloco para que no te moleste” no estaba por la labor de dar ni una sola indicación ni recomendación, no le apetecía ser protagonista de esta postura.  Colocados de la mejor forma posible, permanecíamos pendientes a la llegada de las rehalas, pendientes a adivinar entre las voces de los perreros quienes serian nuestros monteros, que raro me sonaba el monte… escuche los ladridos de los perros con el ansia de salir, el primer grito de los perreros para poner orden y mi mirada cómplice con la de mi captor, se traducía en un “me gusta donde estoy pero echo de menos ese momento de suelta”
Empieza a moverse el monte, buscar el hueco entre los pinos para ver la bajada de las reses hace que en ocasiones se nuble la vista. Frente a nosotros una línea de monte que daba paso a otra línea de pinos, observando atentos la bajada de las ciervas y los movimientos de estas, nos estaban ayudando a visualizar la corrida de las reses. A estar pendientes a puntos clave de paso.

Las ladras de unos podencos medianos se sucedían por aquellos pinares, no había lugar para el despiste ni la charla, cualquier pisada era perseguida por nuestros sentidos.

En mitad de la monteria, apoyada ya en un pino pues no sabía de que manera colocarme para conseguir que el sol pusiera un poco de su parte y me calentara. Mi Captor, con un medio “ee” silencioso me marco con la mirada al filo del carril…allí estaba, dudando si saltar o volverse, en esas decimas de segundo tuve claro que al girarme y encararme mi arma él se movería, por lo que hice lo que mejor se hacer…ser rápida, el venadete cumplió y en el lugar de salir al carril dio un giro sobre sus pasos y en ese momento un solo “pum” no lo vi salir, porque una coscoja me tapaba por la parte de arriba parte del terreno…la duda, mire de nuevo a mi captor y este con una encogida de hombros lo dejo claro…”puede que si puede que no” (en mi cara había satisfacción pues yo sabía que si”

Dejamos que siguiera la  montería, media hora escasa paso, hasta que el perrero de la rehala “el trabuco” un joven alto y fino, que se fue de la montería sin que yo tuviese ocasión de saludarlo, llegaron sus perros antes que sus pasos y a una de sus podencas le adivine un movimiento de cola alegre…si, lo estaba diciendo “esta aquí” a los dos minutos el perrero me lanzo esa pregunta de “el venado de allí es vuestro¿?” salte tan alto que casi roce las bajeras de aquel pino….”ole…. que yo sabía que lo había cogido bien”. Un tiro certero en la tabla de su cuello… tan certero que no  se movió.

Los ojos de mi captor, dibujaban yo creo la misma o más alegría que la que yo sentía. Fue sin duda el mejor regalo que el monte y él pudieron hacerme. No existe mayor trofeo, que disfrutar de una mañana intensa de nervios contenidos donde el simple hecho de estar ya en aquella postura era un regalo, tener la oportunidad de echarte el arma a la cara era ya un doble regalo, pero además cobrar esa pieza que dudo antes de saltar al carril….eso ya es tener un recuerdo para toda la vida.

un regalo inolvidable



La comida la disfrutamos, junto a  Vitoriano y Paco, el primero vecino puerta con puerta, que me ha visto crecer tanto en la cinegético como en la vida, recuerda aun cuando me cogía en sus brazos siendo yo un bebe, Paco llego a mi vida años después mientras le encontré un buen guarro que perdió en una montería y desde entonces una buena amistad se ha fraguado, disfrutaron de la narración de mi lance más que yo contándolo. Como me gusta, tener a mi alrededor a estos amigos que son casi familia, estos que se alegran de tus logros como si propios fueran. 

Mi Venado no era, ni el más bonito de aquel plantel, ni el más elegante, ni si quiera un trofeo destacable, pero eso es a ojos de los expertos tasadores. Para mí, para mi captor y para los míos, este venado es el regalo más hermoso, el recuerdo que llenará mis noches de dudas cuando piense que en esto de montear todo está perdido, mi venado es el símbolo de que todo lo que en esta vida sueñes, tarde más tarde menos con empeño y ganas se consigue.

Me fui del Moro, con la certeza de que volveré, me enamoro el trato recibido por la Sociedad de cazadores de Belmez, enhorabuena a Javier Blasco, pues tiene a su alrededor un equipo de gente competente, trabajando de una forma organizada y con gusto. Para cada persona el término “Monteiron” es valorado de forma diferente, existen los que hablan de “Monteiron” porque llenan un plantel con cientos de reses…carne acumulada con la que dicen estar llevando una buena gestión, últimamente pienso que el término “Monteiron” se aplica de mala forma. Para mi MONTEIRON es lo que vi el sábado en El Moro, un sorteo organizado, una comida servida con clase, un plantel de reses justo, ni más ni menos, y una calidad que se demostró con 2 cochinos además de buenos, bonitos, sin excesivas ciervas, y lo mas importante, escucharas y hablaras con quien hablaras, todos tuvieron opción al tiro, al cobro o al fallo. “Monteiron” es esa, que cuando de ella se habla, todos los asistentes dibujan una sonrisa en su rosto… Enhorabuena Sociedad de Cazadores de Belmez…Ese es el camino… gracias por enseñarme que no todo está perdido¡¡¡¡

Y hasta aquí, un 16 de Noviembre de 2013, que dio el pistoletazo de salida a unos 28 años, que si todo va según empezaron, prometen … 

si lo deseas puede hacerse realidad


Te di las gracias el sábado, y te las vuelvo a dar ahora. Gracias por anticiparte, gracias por adivinar lo que nadie adivinaría, y sobre todo gracias por hacerme un regalo que será eterno, pues no es material, no se rompe, ni se desgasta, ni se borra. Gracias por conseguir dejarme a mi sin palabras y tan solo saber decirte GRACIAS.

Esta vez, no me quede con ganas de mas… pues mas no se puede pedir.

martes, 12 de noviembre de 2013

La fuerza de mi voz

Voy a contaros un cuento.....

Erase una vez que se era, una joven niña de un pueblo perdido de una Córdoba castiza, enamorada de todo lo que a la Monteria clasica rodeaba. Joven en edad y en espiritu decidio un dia, crear su propia historia, amarrarse unos zahones y sentir en su propia piel, eso que los viejos del lugar llamaban "Montear".

guiada por la mano de hombre de corazon noble, puso el primer pie en una furgoneta donde por mas kilometros que pesaran a sus espaldas el cansancio nunca era suficiente como para renunciar, por mucho que pesara el barro en sus botas, solo le quedaba sacudirse y seguir.

en las paredes blancas de aquellas perreras, crecia un joven atravesado, que conocio a esta niña en una fria mañana de noviembre. gordinflon, de color cafe con leche, con una cara dura pero una mirada dulce.Tobias se llamaria....

en una de aquellas mañana de suelta, Tobias cachorron casi le pisaba los pies a esta niña, que en sus primeras carreras le pasaba entre las piernas tirandola al suelo en mas de una ocasion. su cuerpo fue aumentando, sus patas se hiceron mas fuertes y su cara aun mas fiera, pero la mirada seguia siendo noble. al grito de VAMOS TOBIAS pasaban las sueltas aquel año, viendole morder sus primeras reses, alcanzar a las primeras y perderle el miedo a los guarros cuando se armaba follon. casi sin darse cuenta, se habia convertido en un explendoroso macho fuerte, incansable con su andar decadente, listo y fiel.

Se pierde la cuenta de las mañanas, en la que la voz de esta niña lo guiaba entre las jaras, se pierde la cuenta de los arroyones recibidos en la sombra de los pinos... se pierde la cuenta de las caricias recibidas y regaladas. era el aliento que daba fuerza al grito de animo, TOBIAS...el valiente que no permitia que a esta niña le rozase ni el aire mas fuerte de lo normal.

En esas sueltas largas, en las que se le perdia la pista en la que no se escuchaba su ladrido ronco, era larga su espera, pasaban las minutos eternos hasta que entre las sombras aparecia su figura contoneante, con su larga lengua jadeante y deseando recibir esa caricia que le premiara por su servicio.

TOBIAS, ese al que desde cachorro la niña llamo MI TOBIAS, ese que siempre la acompaño, ese que no fue un perro de rehala, fue el perro de esta niña. Aun me tiembla pulso, pues esta niña tiene que decir eso de "colorin colorado, este cuento se ha acabado"

Ya no lloran mis ojos pues se han quedado secos de lagrimas, mi aliento, la fuerza de mi voz, y mis ganas. se lo ha llevado todo, ese culpable de mi sonrisa, MI TOBIAS, el que le enseño a su rehala a respetarme, el que dio orden de que me siguieran, mi compañero en cada paso, mi salvador en ocasiones....me ha dejado.

Aun no creo, que no vuelva a abrazarlo, que se han acabado sus cabezados en mis rodillas. nosotros que crecimos juntos en esto de la Monteria, tu te has ido y contigo mis ganas.

no es que no vaya a olvidarte, es que siempre seras el compañero de mi historia. el que me ha enseñado que con fuerza se alcanza la meta, que con ganas se consiguen objetivos, mi perro, nuestras lecciones, nuestra experiencia...mi compañero. 

En la Lozana recibi tu ultimo abrazo,  y de aquel dia me queda el mas dulce de los recuerdos. y lo se, que es ley de vida, que el perro de Rehala se encuentre con estos finales, que los valientes son los que caen, hasta me se eso de que "mas vale de su casta que de la nuestra" pero lo siento, a mi se me ha ido la fuerza de mi voz, se me ha ido el mas grande, se me ha ido MI TOBIAS.



MI TOBIAS, algo mas que un perro



hoy las ganas de mas se han quedado en la mitad, en el furgon no ocupara nadie tu lugar, tu collar permanecera en mi regazo, tu recuerdo en mi corazón, VAMOSS TOBIASS ...que ahora si que me has dejado solita.

lunes, 4 de noviembre de 2013

lo importante es la compañia



No hizo falta despertador alguno, pasaron las horas muy lentas en la madrugada, ansiaba creo que como no lo hacia en mucho tiempo, que llegase el amanecer.  Me vi el sábado pendiente de un teléfono, y con el mensaje “en tu puerta estoy” mi corazón comenzó a latir al ritmo que no recordaba que pudiese hacerlo de nuevo.

Sábado, y aquí esta, el otro pilar que sujeta mi vida cuando las ganas me quieren desmoronar, él quien está en la sombra, silencioso, con él que lamento a diario no poder compartir mas ratos, Pedro Jose, mi Tarugo estaba ya paseándose y dando los buenos días por mi casa.

No dude cuando me ofrecieron que este sábado diera descanso a los zahones y un poco de uso al rifle, llamarle a él, a quien tantas veces me abrace en días de llanto y a quien tantas veces echo de menos en días de risas. Probé suerte, pues las agendas son un desastre y buscar un hueco para vernos algunas veces parece imposible, sin embargo, aquí lo tenía, al moreno de ojos claros para mi.

Llegar a esa junta mañanera con el del brazo, ya fue señal de que el dia no defraudaría. Lo bonito de esta finca, su gente, amables, serviciales y con la única intención de pasar un dia entre amigos. Asi da gusto, me repetía una y otra vez mi primo, así da gusto “bichaca” , nos vimos delante de un café caliente, cotorreando como hacía años que no teníamos oportunidad, contando las hazañas cual dos cazadores viejos…el sorteo nos pillo, en plena puesta al dia. 

La suerte hizo que dentro del sobre rezara “Gamino 1 “ el recuerdo a sangre de la temporada anterior vino a mi memoria, puedo decir ya, que me he abonado a esta armada.  Salimos hacia aquel rincón soleado, el tiempo fantástico, las vistas impresionantes, el tiradero limpio y la compañía….la compañía era lo que le daba sentido al dia.

El silencio de nuestro puesto, se rompía con los susurros de nuestra conversación, esa que a ratos intentábamos evitar, pero que a duras penas conseguíamos. En el momento de la suelta de las rehalas, escuchando a Adolfo a lo lejos,  permanecíamos pendientes al monte, donde alguna bellota cayendo en el momento menos oportuno nos hacia abrir ojos como platos….pero parecía que el monte no tenía ganas de regalarnos ningún lance para el recuerdo.

Sobre mitad de la mañana, tras algunos disparos una cochina rápida nos dio cara ya tocada, pero viva, buscando el regajo justo por donde tenia que pasar para que fuese imposible el disparo seguro…. ;)
Allí estábamos riendo como cuando teníamos 15 años. Incrédulos pensando lo rápido que habían pasado las horas, con lo lentas que pasaron en la madrugada.

Se fue un sábado, donde los zahones durmieron en casa. Donde las balas volvieron a ser guardadas, donde falto olor a pólvora, un dia en el que no cambio ni un segundo de los vividos. Iba mas “ancha que larga” , mis ojos reflejaban la felicidad que el tenerte cerca me produce. 

Compartí el mejor puesto de Montería, disfrute recordando aquellos días que pasamos de niños,  no hizo falta un arroyon ni un crujir de jara, no fue necesario apuntar y escuchar el sonido de la bala al silvar. Su presencia, sus manos cerca ya eran el mejor de los regalos que el monte pudo hacernos.

Allí estábamos, los primos sentados entre el sol y la sombra, armas en mano, vestidos de verde disfrutando de una mañana con la música de fondo que dan las cencerras de los podencos y los disparos lejanos.

No cambio ni por el lance mas perfecto, ni uno solo de los minutos que pase contigo Pedro Jose. Me quedo con ganas de más, de que la montería hubiese durado hasta el amanecer, firmo donde haga falta para que esto se repita pronto. Pues la verdadera razón por la que amo esta forma de vida, es por regalarme segundos como los vividos el sábado, segundos que algun dia podremos contar a los nuestros cuando compartamos con ellos, otro sábado al sol.


Una vez mas esta temporada, me quede con ganas de mas…pero esta vez no me quede con ganas de ladras, ni de tiros, ni de reses…esta vez me quede con ganas de mas días junto a ti… y no olvides Primo, que TE QUIERO de una forma, en la que solo a TI te se querer.


Contigo siempre "TE QUIERO" primi ¡¡ :)