Poco o nada se
equivocaron las previsiones, la madrugada del sábado fue intensa ( y no solo en
lluvia) con el amanecer unos tremendos chaparrones de agua hacían mirar por la
ventana y el pensamiento de “hoy suspenden”, ese pensamiento se trasladaba en llamadas
y mensajes…
“vienes, no
vienes…compi quédate en la cama” y aunque por un momento pensé en hacerlo así y
dejar que saliera el sol por donde quisiera, algo me impido hacerlo…no sé si
fue las ganas de monte, el estar ya desvelada o simplemente asomarme a la
ventana y ver un horizonte tan oscuro, tan tormentoso que pensé “que feo debe
ser eso de ver el futuro negro y quedarse refugiada en una cama” no lo pensé
más, pies en el suelo y un mensaje a mi compi “ Compañero, pásate a buscarme”
Rumbo pusimos por
fin, a la finca de D. Francisco Juarez, Arroyo los Molinos, este señor a quien
le puse el D. cuando me daba clases en el colegio de Espiel, este señor que me
dejo comenzar a llamarle de “Tu” y Paco, demasiado pronto, este señor por quien
pasan los años pero no cesan las ganas, decidió junto con los monteros en su
desayuno, desafiar al tiempo y sortear puestos. Valientes aquellos que dijeron
“vamos al lio”
vistas |
Al llegar al carril
a las puertas del cortijo, el Tito Juan, Jose de la rehala La Lozana, Santi y
sus valientes…todos riendo traje de agua o sin traje de agua…y en ese momento
“upss Compañero¡¡¡ menos mal que estamos cerca de mi casa, coge el furgón que
me he dejado zahones, cuchillo y traje de agua en casa” todo fue una carcajada allí, yo entre colorada
y riendo de mi despiste, pues aunque le eche ganas al levantarme las pocas
ganas que tenia de mojarme las demostré al olvidar la mitad de mi cosas en la
habitación¡¡
Dispuestos ahora sí,
con todo listo. Salimos a eso de las 11 de la mañana rumbo a nuestras sueltas. Cada
uno a nuestros puestos, pues ya conocemos al dedillo aquella mancha, que tantos
años buenos nos ha dejado disfrutar.
El primero en
soltar Santi, con su curiosa voz que hace temblar a las jaras y no de gusto
sino de miedo… estos perros cada dia me gustan mas, ha conseguido con dedicación,
crear un equipo que ya quisieran muchos. Nos daba tiempo a nosotros a seguir
riendo mirando al cielo, pensando eso de “que mojada vamos a coger” pero
sorprendentemente comenzó a moverse el aire, los perros del tito Juan, en la
parte baja de esta finca montaban tremenda algarabía….. sin tiempo para
preguntarnos que ocurria, Jose de la “Rehala La Lozana” dio salida a sus
perretes y casi a su mismo son, nosotros a los nuestros…
Ese repecho, nada
mas salir termina con los pulmones de algunos y las coscojas que coronan el
cerro parecen gritarnos… no esta aquello como otros años, algo no esta como
siempre, los perros dan sus salidas y vuelven. Esa corona en la que años
pasados era aposento y cuna de guarros, este año estaba desangelada.
Dando cara a una umbría
que solo mirarla desde el arroyo te hace comenzar a suspirar, esperamos
pacientes a que los perros comenzaran a batirla pues recordamos como en otros
años por allí siempre se descolgaba algun guarro buscando el refugio del
arroyo. De nuevo nada, ni una carrera, ni una ladra….
Estaba el ambiente
tenso, el aire hacia que la nubes no descargaran agua y que volvernos a por el
traje de agua hubiese sido una pérdida de tiempo. Algún que otro tiro se
escucho en la lejanía, pero estaba todo tan tranquilo que dudabas si eran tiros
o tormenta….
La recogida mas
limpia de la historia, después de pasear por la finca a las tres teníamos casi todos a nuestros
valientes cargados. Aparecimos las 4 rehalas en el cortijo de Juarez, donde el
rostro de D.Paco, mostraba desilusion mezclado con enfado, pues es característico
en él que si su finca no la ve para darla dejarla para mas adelante, la noche
de antes había hecho mucho daño en la costumbres de los guarros.
Degustar la comida,
entre monteros y perreros, notando que las caras de los presentes no eran ni de
enfado ni de desilusion, las charlas con Rosario (señora de Paco) consigue esta
señora que se pare el tiempo al hablar con ella, me encanta como te mira a los
ojos cuando te habla, como se nota que por sus venas corre sangre de señoras
monteras, como pone todo su empeño en que los que a su casa acuden no se vayan
desilusionados…y tengo que decir desde aquí Rosario, que lo consigues, pues
como bien allí dígimos, puede medirse
una finca por la cantidad de reses tiradas y abatidas, pero también se tiene
que mirar la calidad de lo conseguido.
hermoso venado cobrado. enhorabuena |
"el tito Juan" con D. Paco Juarez |
No estaba la puerta
de la casa, repleta con un plantel de taitantas reses, se encontraban en ella 3
guarros generosos, con unas bocas de esas que a los perreros nos dan algun que
otro susto, y un venado no bonito sino hermoso, 4 trofeos que seguro
consiguieron que los que allí lo abatieron se fuesen aun mas contentos y pletóricos
a casa.
Diran los
entendidos que la mancha no cumplió, que no había reses….yo se ve que por esto
de mirar de una forma mas romántica esta vendita afición opino lo contrario,
pues no creo que todo sea cuestión de cantidad y si de un poquito de calidad.
Bajo mi punto de vista (que poco y nada vale) decir que Arroyo de los molinos,
no decepciono¡¡ consiguió elevar el placer de montear a un grado inimaginable,
pues saco de donde no había 4 piezas que serán el recuerdo vivo de mas de un
montero durante años.
Gracias Paco, por
hacerme sentir siempre que cruzo las puertas de tu casa como si cruzase las de
la mia propia, compartir jornadas con personas como vosotros hace que merezca
la pena seguir…
Como siempre…con
ganas de mas…
Que decir de esa bonita finca que tantos recuerdos me trae de hace poquitas temporadas, al final agridulce, por aquello del venado, cosas del "directo" que dirían algunos.
ResponderEliminarMe has hecho recordar Anita con esa forma que tienes de contar las cosas dulce pero real, y eso es impagable.
Bonita entrada "chiquilla".