Te levantas y
te engañas a ti misma, diciéndote que solo es una montería mas, te intentas auto
convencer, de que solo es un día mas… sin embargo, eres débil en tus
argumentos, pues “los Cabezos” siempre serán esa mancha donde tus zahones
olieron a guarro, de una forma tan intensa que las piernas te temblaron durante
semanas, el recuerdo de aquel arroyon es tan fuerte, que por mucho que pase el
tiempo nunca olvidas, lo que el corazón siente cuando te sacudes el polvo después
de que ese animal te enseñase que en el monte, él siempre ve mas que tu.
Poner rumbo a Los Cabezos es emborracharse de carril, asumir
que vas a tener la oportunidad de perderte, de desaparecer para centrarte en lo
único que en ese día puede importar…..Montear.
La llegada a la junta, te regala abrazos deseados que muchas
veces se distancia demasiado en el
tiempo, pero ahí están… un día que podría ser un día mas, y te ves recibiendo
el calor de los que tantas veces te recuerdas “tengo que llamar a…” ver a
Vanessa, Pepe y Oscar es como saludar a parte de la familia que tienes lejana,
encontrarte con Pepillo “fragonetas” es reencontrarse con el perrero de antaño
que cerró los ojos y te dijo “ para mi, la palabra compañero ya no diferencia
entre macho o hembra” palabras que llegando de los labios de quien llegan te
suben un escalón por encima y te animan a seguir….aquí esta, una temporada mas,
dándote guerra y recordándote “ sobre todo no te cases, morena…que seguro que
el que te case quiere quitarte los perros”
( sabios consejos dan estos “viejos”
jejeje)
Y así pasan los momentos previos, entre risas, bromas y los
roscos que D. Paco Cano que me endulzan una mañana en la que un poquito eche de
menos algunos podencos de ojos claros....
Camino de la suelta, el silencio no llega a la boca de
nuestro Pabli, entre su charla siempre nerviosa, mi ojos se pierden en las vistas..
Dejas que sea el transcurrir por aquel eterno carril quien te inspire y te
tranquilice, de nuevo vuelves a pensar en las horas que te quedan por delante,
inciertas….esta es sin duda, la sensación que tanto he echado de menos estos días,
el nerviosismo controlado que produce el no saber…
Nos abrazamos a los zahones y comenzamos nuestra suelta,
algo no está como en aquel año… algo ha cambiado por allí, y aunque los perros
avanzan y mueven ciervas a carrera, los cochinos parece que no tienen ganas de encogernos
el corazón. No se hace sufrido pasear por los cabezos, pisar sus romeros bajos
no duele y sin suerte, el nerviosismo con el que me ceñí el cuchillo a la cintura va desapareciendo según vamos
avanzando. Se hace la mano larga y rondando las 4 de la tarde, sin pena ni
gloria te ves cargando perros de nuevo, pensando “ya esta? Aquí acabo? ”
una forma de vida |
Entonces comienza el recuento y nombras, señalas y vuelves a
renombrar… y por más que quieres las cuentas no salen. Rubio nos la está
jugando….te asomas cada uno a un puntal, llamas y nada…se comienzan a silenciar
los carriles con la caída de la tarde. Recuerdas el último momento en el que te
dio cara, lo intentas ubicar e incluso las ganas algunas veces te hacen creer
que lo escuchas, te hacen incluso verlo a lo lejos pero todo son simples ganas,
simples ilusiones de verle aparecer.
Las emisoras poco a poco van recuperando la tranquilidad
pues los completos van diciendo adiós, algunos tardan un poco en encontrarnos
para recuperar a su “Fino” porque amigo Oscar….”Fino” nos encontró a la primera,
sin tener que perderse por el carril principal ( ajjaja si no fuese por estos
ratos y otros tantos)
Sientes el frio de la noche caer sobre tu cabeza, ese
relente que te invita a candela, esos ojos que se quedan ciegos en la oscuridad
de aquellos barrancos, silencio que se mezcla con desesperación llega un
momento en el que ya ni miras el reloj, simplemente esperas.
Por la emisora aun escuchas a Borland o a Dani, quienes
entre risas intentan que la desesperación no se apodere de los corazones y la
mente. Poner rumbo de vuelta a esas casi dos horas eternas de carril oscuro,
con la pena de dejar a uno de los tuyos, deja un sin sabor amargo, no vuelves a
casa tranquilo, no respiras sosegado en mi caso, ni coges el sueño en el furgón
de vuelta a casa….sin sabores de esta bendita afición.
Dejamos el sábado Los Cabezos, perseguidos por la luz de la
luna, acompañados por el frio tanto en el cuerpo como en el corazón….como se
suele decir “un dia mas y uno menos” Y aquí comprendes
lo duro que es el mundo del perro, pues cuando no es una cosa es otra, cuando
no te la dan a la entrada es a la salida, y asi vas, levantándote de cada caída
pensando que vale la pena, que merece siempre la pena seguir, que lo bueno de las caídas es saber que la única opción
posible es levantarse, pues la vida no nos ensaña a ser fuertes, nos obliga a
serlo¡¡¡ ;)
INSTANTES |
buena monteria la de los cabezos ,soy un un muchacho de cordoba aficionado a este mundo del perro y sobre todo del podenco llebo poco tiempo en esto del blogg ,como comente soy aficinado ala caza a diente con podencos y en nuestra sierra tras el jabali .Megusta mucho leer tu jornadas de caza un saludo
ResponderEliminarbuena monteria la de los cabezos ,y sobretodo buenos podencos canelas los que te acompañan
ResponderEliminar¡Magnificas líneas Ana B.! Como se notan las almas perreras... sin distinción de sexos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo. Lolo
PD: No se me olvida que te debo un libro. Olvidar en la vida es como olvidar que te has dejado a uno de tus perros en la mancha: ¡¡Imperdonable!!
Gracias Lolo...como siempre un honor que pases y leas por aqui :)
EliminarPD: lo del libro lo tengo anotado en la lista de cosas pendientes, por si la memoria me jugase mala pasadas asi que..... :)
Buen relato Ana, el mundo del perro tan bonito y apasionado para nosotros que lo vivimos pero somos los grandes incomprendidos la mayoría de las veces. Un saludo Angel Corchero.
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